La obra narrativa de Carmen Martín Gaite se puede dividir en tres etapas:
1. Realismo social (hasta 1970). La tendencia realista de los 50 muestra el contexto circundante a través de un narrador testigo que media la denuncia o juzga ante el lector, que terminará extrapolando sus propias conclusiones. Este realismo testimonial, combinado con voluntad de introspección, muestra al individuo preocupado socialmente frente a la existencia rutinaria. Dentro de esta etapa destaca Entre visillos, novela en la que podemos observar algunas características:
2. Novela experimental (1970-1990). Esta narrativa se encamina hacia la búsqueda interior de la propia experiencia, recurriendo a la memoria personal o a la histórica para revisar el pasado inmediato. Las obras de este periodo plantean la necesidad de un interlocutor (por eso combina el diálogo y el monólogo) y reivindican la importancia del lenguaje como medio de comunicación que salve al individuo de sus terrores y aislamiento. Retahílas (1974), El cuarto de atrás (1978). 3. Novela intimista (a partir de 1990). Se trata de la más productiva y reconocida por parte de los lectores. La autora reivindica el poder de la fantasía y lo maravilloso en el ser humano, la necesidad de reconocernos y complementarnos en el otro en la sociedad posmoderna. Escribirá obras en las que los protagonistas indagan en la construcción de su identidad mediante un tono confesional e intimista. Caperucita en Manhatan (1990), La reina de las nieves (1994), Irse de casa (1998). |
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