![]() La novela se sitúa en una ciudad cualquiera de provincias, posiblemente Salamanca. Mediante el diálogo y la conversación de los personajes de la obra, Carmen Martín Gaite nos da testimonio de la vida cotidiana, a veces tediosa y monótona, de un grupo de jóvenes, hombres y mujeres, quienes sufren el ambiente opresivo y lleno de los prejuicios de la sociedad española de la época, en los años 50. Se trata de una sociedad hipócrita que está demasiado preocupada por las vidas ajenas, las cuales espía oculta tras los visillos, como bien reza el título. A pesar de las apariencias, la mayoría de los personajes se siente oprimido en este ambiente asfixiante. La ciudad se convierte así en una cárcel de la que nadie escapa. Los comentarios o las críticas de los demás, que han de vivir bajo el yugo del qué dirán o presionados por cumplir las expectativas que la sociedad ha marcado para ellos. Una existencia rutinaria, aburrida e hipócrita, bajo la que se esconde un mundo personal lleno de frustraciones, sueños imposibles e ilusiones inalcanzables. La obra dura un trimestre, desde el 12 de septiembre hasta las vigilias de Navidad. Mediante la técnica del flash-back, los personajes recuerdan y reflexionan sobre el pasado. El tiempo, en general, discurre de modo lento, pero inexorablemente, aunque en determinadas ocasiones, la autora lo detiene mientras describe la escena y el escenario con todo lujo de detalles. Los espacios interiores adquieren, de este modo, bastante importancia en esta obra: la habitación de Natalia, desde la que se nos informa sobre noviazgos y costumbres; el Casino en el que se forjan y rompen relaciones; el reducto de Yoni en el gran hotel, con el bar del hotel; el cuarto del mirador, en casa de los Ruiz, un lugar perfecto para fisgonear sin ser visto, mientras la vida pasa, aburrida y repetitivamente. |
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