La situación política y social de la España del momento era muy convulsa: en pocos años había estallado la Primera República Española, la Segunda República, el golpe de estado de Primo de Rivera y el reinado de Alfonso XIII. Todos estos cambios crearon un gran impacto en la sociedad de la época, algo que se refleja perfectamente en el culto artístico del momento. La situación política del país hizo que los autores dejaran de hacer una literatura sentimentalista y apostaran por textos más comprometidos con la realidad y con tintes de denuncia social. Los escritores no sólo escribían por el mero placer artístico, como sí hacían los modernistas, sino que comenzaron a crear obras más comprometidas y con una voluntad de renovación y progreso.