La novela Entre visillos, de Carmen Martín Gaite, gira en torno a la vida de unos jóvenes burgueses en una ciudad de provincia, posiblemente Salamanca, en los años 1940 a 1950. Al Instituto de dicha ciudad acudirá Pablo Klein, un joven profesor de alemán que vivió una parte de su infancia allí, y nos ofrecerá una mirada crítica de la sociedad de la época. La novela devendrá en el testimonio de la sociedad de aquella época de posguerra, subyugada bajo la moral del nacionalcatolicismo, en la que casi todo era pecado. Es una sociedad claramente patriarcal, en la que los chicos disfrutan de una mayor libertad: pueden estudiar, van a la la Universidad, regentan negocios con sus padres, se dedican al arte, preparan oposiciones… Por el contrario, las chicas de la época difícilmente acaban sus estudios o ni siquiera los empieza, especialmente los universitarios. Sus aspiraciones se quedan entre las cuatro paredes de la casa de sus padres. Sufren una vida rutinaria: alternan paseos, iglesia, cine… y se conforman con esperar al novio adecuado con el que casarse. La novela nos va a dar testimonio de la vida de esas muchachas casaderas de la época que están condenadas a una existencia de «hastío y desesperación», como dice una de ellas. Aunque la mayoría de ellas reproducen los valores en los que fueron educadas, unas pocas “chicas raras”, como Elvira o Natalia, tienen otras inquietudes y aspiran a ser universitarias o artistas.